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© Lisandro Rodríguez
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© Lisandro Rodríguez
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© Lisandro Rodríguez
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© Lisandro Rodríguez

And we kissed with empty eyes and cried.
For a path opened into loneliness and the
empty eyes looked at the sky and I touched
your sky and you touched mine in our eyes
and then, in the land of volcanoes and deserts, of
beaches and ice, lakes and oceans,
our bodies ondulate and become the plains again.
Raúl Zurita

Zurita has become indispensable.
When something begins, when I am lost, I fall back on him.
When it is appropriate to end, I fall back on him.
In his deep melancholy and vitality I find the signs that order and open.
Zurita is alive. Zurita is there.
He penetrates people with words.
It heightens humanity even in its unbearable violence.
He turns them over, shakes them, places them in an extraordinarily fragile and concrete realm.
He calls things, horror and beauty by name.
Zurita constructs every word.
I could spend hours on a sentence he has written or uttered.
My favourite sentences are:
Neither suffering nor fear / The apocalypse is not the end of the world, the apocalypse is now.
But Zurita renews himself every time you pick him up again, even every day that passes.
My grandfather asked me not to call him »grandpa« because he said we were friends.
I would like to be Zurita's friend and go for a walk and have a whiskey with him.

INRI is a birthday present from my partner Anabela.
I met Zurita thanks to a friend, David.

Lisandro Rodríguez, Buenos Aires, 30 January 2022

 

Original:

Y nos besábamos las pupilas vacías y llorando.
Porque se abrió una ruta en las soledades y los ojos
vacíos se nos pegaban al cielo y yo te tocaba los
cielos y tú los cielos de mí en nuestros ojos y
entonces, en el país de volcanes y desiertos, de
playas y hielos, de lagos y océanos, vimos nuestros
cuerpos ondulando y eran otra vez las llanuras. 
Raúl Zurita.

Zurita se vuelve imprescindible.
Cuando algo comienza, cuando estoy perdido, recurro a él.
Cuando es preciso un cierre, recurro a él.
En su profunda melancolía y vitalidad encuentro signos que ordenan y abren.
Zurita está vivo. Zurita es presente.
Atraviesa lo humano con palabras.
Enaltece a la humanidad incluso en su insoportable violencia.
La da vuelta, la sacude, la ubica en una zona extraordinariamente frágil y concreta.
Le da nombre a las cosas, el horror y la belleza.
Zurita construye a cada palabra. 
Podría quedarme horas con una frase escrita o dicha por él.
Mi preferidas de hoy:
Ni pena, ni miedo / El apocalipsis no es el fin del mundo, el apocalipsis es ahora.
Pero Zurita se renueva cada vez que uno vuelve a visitarlo, incluso cada día que pasa.
Mi abuelo me pedía que no le dijera Abuelo porque decía que éramos amigos.
Me gustaría ser Amigo de Zurita y caminar con él, tomando whisky.

INRI es un regalo de cumpleaños que me hizo mi pareja, Anabela.
A Zurita lo conocí gracias a un Amigo, David. 

Lisandro Rodríguez, Buenos Aires, 30 Enero 2022